Mi experiencia subiendo al Teide en Septiembre de 2010
En septiembre de 2010, unos días antes de empezar mis clases en la facultad de informática, el grupo de trabajo de mi madre organizó una subida al pico del Teide, la montaña más alta de España, así que no me lo podía perder. Preparamos la maleta con bocadillos, barritas energéticas, crema solar y agua, salimos a mediodía hacia el parque nacional, primera parada el sendero número 7:
Cuando llegamos todos comenzamos a subir, sin prisa, ya que hay que evitar el mal de altura, que por la noche causó estragos a más de uno. Hay que tener cuidado con esto, ya que la falta de óxigeno puede resultar fatal, normalmente bajando unos 500 metros el cuerpo empieza a recuperarse.
El paisaje es puramente volcánico, impresionante, va cambiando de color según por donde vayas pasando:
Al comienzo se sube por una pista, bastante cómoda, abierta por coches (ojo que sólo pueden subir los de emergencias)
Hay coladas de lava de distintos colores por todos lados, te paras a coger aire a la vez que se te corta la respiración por lo increible del paisaje (Y la hipoxia jaja)
Pero luego la cosa se complica, comienzas a subir por piedra pómez, bastante ligera y se te resbalan los pies y vas como dice la canción, dos pasos para adelante, dos parsos para atrás... Son pocos metros en comparación con el resto del camino, pero se hace eterno:
Poco a poco a nuestras espaldas ibamos viendo como atardecía y la sombra del Teide caía sobre la isla y el mar de nubes:
Tras unas cuatro horas de caminata llegamos al Refugio Altavista a 3620 metros de altitud, donde pasamos la noche en una de sus habitaciones, tengo que avisar, en el refugio no hay duchas, ni papeleras, por motivos obvios, así que hay que ir preparado para la ocasión y llevarnos nuestra propia basura. Lo que si hay es una pequeña cocina común para hacernos la cena. La noche yo la pasé perfectamente, pero algunos de mis compañeros les afectó el mal de altura, dolores de cabeza, vómitos, mareos, desmayos... Pero fueron pocas personas en comparación a los que fuimos.
Cuidado con el mal de altura, que no te haya pasado nunca no quiere decir que no te vaya a afectar: Yo volví poco después confiando en que no me pasaría nada pero a la hora y media de camino me quedé sentada encima de una roca medio desmayada, veía todo de colores raros y flashes y estaba mareada, cuando volví en mi no paraba de reírme pero mis amigos se asustaron un poco y di media vuelta a casa.
A pesar de que fuimos los primeros días de septiembre y aún hacía calor en la isla el termómetro a más de 3000 metros de altura baja bastante, así que en el Teide hace bastante frío y hay que ir abrigados.
Por la mañana volvimos caminando por el sendero, algunos optaron por bajar por el teleférico, pero a mi me gusta caminar, además pude ver un amanecer precioso:
¿Habéis subido a un volcán alguna vez?