Marruecos, tierra de contrastes
Siempre que salimos de viaje nos asaltan las mismas dudas ¿Con qué compañía voy? ¿Dónde me quedo? ¿En una zona turística? ¿Hotel, apartamento? En Marruecos la respuesta más obvia es en un riad pero… ¿Qué es un riad? Riad viene de la palabra árabe jardín al cual van a dar las habitaciones de la casa, las construcciones sevillanas y canarias antiguas siguen este estilo árabe, un patio al centro y habitaciones al rededor. Este tipo de construcción refresca las casas y hace que corra el aire por todas las habitaciones.
Llegamos a la ciudad de Marrakech a las 12:30h con la compañía Binter Canarias con la ruta Tenerife Norte- Marrackech Menara, nada más bajarnos del avión nos golpeó el calor infernal, obvio, ¿A quíen se le ocurre ir en verano? O eso nos decían los marroquís que nos veían de paseo a plena luz del sol, que no bajó de los 40º en toda la semana.
Nuestro riad fue el Dar Choumissa, cerca del barrio judío y del palacio de La Bahia, muy cerca del centro de la plaza.
El tiempo no nos acompañó, obviamente ir en el mes de agosto en Marrakech es arriesgado, pero se puede vivir, la ciudad nos recibió el primer día a 46ºC así que decidimos hacer caso a nuestro taxista que nos recogió en el aeropuerto y nos aconsejó no salir a mediodía y beber mucha agua, ya que al atardecer hay mucha vida y se puede ver el zoko y la plaza Jamaa El Fnaa sin ningún problema, ya que la medina de Marrakech parece ganarse el sobrenombre de la ciudad que nunca duerme, las tiendas y restaurantes están abiertas hasta altas horas en la noche y las calles están mucho más frescas.
Dar Choumissa
Dar Choumissa es un riad que está un poco escondido pero es muy fácil de llegar, hay una puerta en la muralla que da a una calle principal cerca del palacio real y se puede llegar en taxi. Tiene 6 habitaciones dobles, cocina, lavandería, azotea, en la cual vimos la lluvia de estrellas del día 12 de Agosto, Las perseidas, y además cuenta con una piscina, vendita piscina, si visitáis Marrakech en verano aseguraros que vuestro riad tiene una, a mediodía es visita obligatoria y tras llegar de una caminata a 45 grados es una bendición tenerla a mano, curiosamente el agua estaba bastante fría, yo esperaba que se calentara más, pero al estar a la sombra se mantenía muy bien su temperatura.
¿Qué visitar en Marrakech?
El Palacio El Bahia
Tengo que avisar, las atracciones en Marrakech cierran antes de las 5 de la tarde, por lo que es mejor madrugar e ir a verlas que esperar a que baje el sol por la tarde. Nuestra primera visita fue al palacio de La Bahia, que está al lado del riad, a unos 10 minutos andando en sentido contrario a la plaza Jma El Fnaa.
El palacio de El Bahia fue construido en el siglo XIX, su nombre significa “El bello”, y es realmente bonito, su construcción fue esmerada, como toda decoración marroquí hay muchos colores vivos, jardines y fuentes. El Palacio El Bahia tiene más de 150 habitaciones pero desgraciadamente estas fueron desvalijadas a la muerte de Si Moussa el visir del sultán Abdelaziz, por sus mujeres, familiares incluso por el propio sultán, así que lo que podemos ver de él son sus patios, jardines y paredes semidesnudas.
Aunque esté desvalijado El Bahia sigue siendo un lugar impresionante de ver, imperan los colores amarillos,blancos y azules, la foto que veis abajo es el techo de los pasillos exteriores impresionantes ¿verdad?
También hay muchos mosaicos que hacen que nuestra vista se pierda si te quedas mirándolos fijamente:
La Medersa de Ben Youssef
La medersa Ben Youssef también conocida como La Madraza de Ben Youssef es la más importante de Marrakech, pero ¿Qués es una Medersa? Es una escuela de estudios superiores religiosos, en este caso del corán, el libro sagrado. Fue construida por el sultan Abdallah al-Ghalib y fue abierta en 1565. Tiene 130 habitaciones que dieron cobijo hasta 900 estudiantes de las escrituras sagradas.
Las habitaciones eran sencillas, una ventana y una puerta de madera con paredes blancas y poco más, pero los exteriores son distintos, las paredes y columnas están sumamente trabajadas y decoradas hasta el último detalle fruto de una reconstrucción hecha por los saadíes. En el centro la medersa hay un patio de abluciones (lugar para ritos de purificación del cuerpo y el alma) con una pequeña “piscina”.
Las Mezquitas en Marruecos:
La Koutoubia:
La mezquita koutoubia es la mezquita más importante de la ciudad de Marrakech, fue construida en el siglo XII representando el arte almohade. Su minarete es visible desde prácticamente toda la medina (menos el zoko, que desde ahí es imposible ver nada que esté fuera) y fue la inspiración de la que se sirvió para construir la Giralda de Sevilla en nuestro país. Koutoubia significa “La de los libros o la de los libreros” en referencia a las tiendas de libros que había por el zoko en la época de su construcción.
Si hay algo que nos sorprendió fue la cantidad de mezquitas que hay en Marrakech (y más aún en la medina) Ya desde la ventana de nuestro avión se veían sus imponentes torres alzadas sobre las azoteas de las pequeñas casas. La llamada a la oración o aḏān convoca a los fieles a la oración y se pronuncia cinco veces al día en el islam sunní y tres veces en el islam chií. En Marrakech sonaba cinco veces al día siendo la primera a las 5:30 de la mañana aproximadamente, es un sonido difícil de explicar, un rezo profundo, tras la primera llamada toda la plaza calla, algunos comerciantes sacan su alfombra y se arrodillan, aunque la mayoría sigue con sus ventas, pero en voz más baja, si hay músicos o encantadores de serpientes para toda su actividad, y si te está persiguiendo algún vendedor al que no le quieres comprar nada es el momento perfecto de desaparecer de su vista. Podemos observar la diferencia de estilos de La Koutoubia y otras mezquitas comprando con la siguiente foto de una mezquita que estaba dentro del zoko, de aspecto más moderno y sencillo.
Jardines Majorelle
Nuestra siguiente visita fue al famoso jardín Majorelle, lo que nos sorprendió fue lo cara que era la entrada en comparación a nuestras dos últimas visitas de 20 dirhams cada una (La entrada del jardín majorelle fueron 70 dirhams) pero valieron la pena, ya que era un lugar diferente que ver.
El jardín fue la residencia del pintor francés Jacques Majorrelle a pincipios de los años 20 y fue traspasado al famoso diseñador Yves Saint Laurent ya en los años 80 tras el abandono de la propiedad por parte de Jacques tras un accidente de coche el cual le hizo volver a Francia. Visitar este jardín en días calurosos es una buena idea ya que al tener tanta vegetación y tanta variedad de plantas lo hace un lugar muy fresco en comparación con otros lugares más expuestos al sol.
Las ruinas del Palacio del Badi
Hay mucha gente que se desilusiona al llegar a este lugar, un palacio abandonado y arrebatado de sus riquezas con el pasar de las guerras, pero a mi me encantó. El problema es que lo enfocan como un gran palacio y al gente espera ver eso, pero en realidad se trata de las ruinas de un antiguo palacio y es lo que vamos a ver, al entrar podemos ver alguna de sus antiguas habitaciones excavadas en la roca y subiendo por una escalera llegamos al patio principal, con una gran piscina y varias cuadras de árboles. El palacio El Badi fue construido en el siglo XVI por el sultán Saadí Ahmed al-Mansur tras ganar una batalla contra los portugueses. En el patio hay una pequeña sala de cine que muestra como fue en la antigüedad, con un pabellón de cristal y oro y mucha más decoración que la que podemos ver en la actualidad.
Salimos de excursión:
Según sales de Marrakech se empieza a ver lo duro que es el calor y la vida en el desierto, se dejan de ver coches y se empieza a ver gente en moto o burro intentando esquivar la luz del sol. Es como volver a la España de nuestros abuelos:
Primera parada, El valle de Ourika
Lo bueno que tiene ir en viajes en grupo es que conoces gente y acabas haciendo amigos, y las excursiones y viajes se hacen mucho más amenas que si vas con poca gente, gracias a esta experiencia pudimos conocer a mucha gente e hicimos piña tanto para conocer la ciudad como para ir de excursión, juntos programamos dos, El valle de Ourika y el desierto de Zagora, ahora vamos a hablar de la primera:
Esta excursión al cogimos por internet, nos recogieron a las 9 de la mañana en el mismo riad, el supuesto guía que hablaba español no entendía ni mu, ya empezamos mal, nos llevó en una furgoneta de 8 plazas hasta varios miradores, algunos sin mucho interés, y unas 4 o cinco horas después llegamos a una cooperativa de argán, donde nos explicaron cómo se hacían los diferentes tipos de aceites nos enseñaron su pequeña huerta de plantas típicas de la zona y nos invitaron a un té de hierbas que no era el típico té de menta que está por toda la ciudad de Marrakech pero que a mi parecer estaba mucho mejor. Seguimos la ruta hasta llegar a Ourika y allí nos dejaron en un restaurante “en el que si quieres puedes comer o escoger otro” pero vamos que está más que pactado que comas allí, un poco timo para guiris muy caro para lo que pagas en cualquier restaurante en Marrakech, pero sigue sin llegar a precios españoles, aún así lo pagamos con gusto ya que era un lugar increíble para nosotros y la comida estaba bastante buena, el restaurante estaba ¡dentro del río! si, literalmente las mesas estaban dentro del agua, los locales se subían los pantalones y faldas y metían los pies descalzos en el agua mientras comían, nuestra mesa estaba un poco más alta y no nos mojabamos pero estuvimos un rato moviendo las sillas esquivando las piedras de río que había por el suelo. La zona está llena de restaurantes así, algunos muy pegados y otros más separados, si vais por libre parad en el que más os guste.
Al día siguiente buscamos otra excursión, esta vez la contratamos en Marrakech, en una calle principal cerca de la plaza Jamaa el Fnaa en la que te ofrecen en cada esquina excursiones a cualquier sitio, regateamos con Mustafá que así se llamaba el dueño hasta llegar a los 420 dirhams (unos 40€) por persona una noche en el desierto de Zagora que incluía allí la cena y el desayuno bereber. Se de gente que pagó hasta los 300 (menos de 30€) dirhams por la excursión y a otros a los que les cobraron casi 1000 dirhams (unos 100€) si estás en Marruecos, ¡regatea! no se ofenden porque les bajes el precio, les encanta ganar dinero pero también se lo pasan muy bien intentando que no les bajes mucho, no tengas verguenza y se firme. Al día siguiente vino Mustafá con el chofer también a buscarnos a la puerta del riad, nos explicó por donde iríamos y se fue. En el minibus íbamos con más personas aparte de nuestro grupo de 6 personas, iban una pareja italiana, dos chinas, una pareja chilena y una coreana de la cual nos hicimos amigos de viaje.
Primera parada del día Ait Ben Hadou
Tras muchas horas ya en minibus y algunas paradas sin importancia para ir al baño y estirar los pies llegamos al primer punto importante, Ait Ben Hadou, más conocida como la ciudad de Yunkai en Juego de Tronos. Allí nos recibió un guía que hablaba español y nos llevó dentro del Ksar, nos enseñó la ciudad, yo me quedé a las puertas por un supuesto mal de altura que me dijo el chofer al atravesar el atlas tan rápido, me quedé a la sombra admirando las murallas y paredes de adobe. El kbash de Ait Ben Hadou era un antiguo pueblo bereber a las puertas del desierto que fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO y en él se han grabado películas como La Momia, Gladiator o Lawrence de Arabia. En la foto inferior podemos ver el nicho del río que pasa en los meses invernales pero que en pleno agosto estaba bastante seco, si no te dicen que es un río ni te fijas en el terreno.
Las casas están hechas de barrio y adobe, las paredes de toda la fortificación son rugosas pero al tacto están sorprendentemente frescas y ofrecen mucha sombra. Antes de salir te recomiendan que los que no tengan pañuelo bereber lo compren por la zona, ya yo pensaba que nos estaban intentando timar de nuevo pero como quería llevarme uno y por el zoco no había visto ninguno que me gustase me lo compré allí, mi consejo es que lo compréis en marrakech ya que salen mucho más baratos y si, es necesario, de verdad que lo es, esta vez nos lo dijeron por nuestro bien.
Después de esta visita nos llevaron de nuevo a un restaurante “en el que si quieres puedes comer o escoger otro” pero como ya íbamos prevenidos por el Valle de Ourika nos habíamos comprado unos panes y latas de atún para hacernos un bocadillo y comer fuera. Ver para aprender, fue lo mejor que hicimos. Tras nuestra comida seguimos en camino hasta Zagora, una pequeña ciudad a las puertas del desierto, llegamos a las 8 de la tarde, después de 12 horas de camino, es una auténtica paliza para el cuerpo, allí te recomiendan que te lleves una o dos botellas congeladas por persona, mi consejo es que cojáis dos o tres, el agua congelada es algo más cara que al fría, pero en verano es necesaria, ya que el camino en camello hasta el campamento las descongela y a media noche puedes encontraste a 40ºC y agua caliente, no es agradable.
Segunda parada Desierto de Zagora
Allí nos recibieron tres bereberes jóvenes con sus chilabas tradicionales y sus dromedarios, nos explicaron que en áfrica no suele haber muchos camellos y que lo normal son los dromedarios (los que tienen una joroba y no dos) nos ayudaron a ponernos los turbantes o pañuelos bereberes y nos subieron a los animales, desde la calle al campamento había como una hora y media o dos horas de camino. El desierto de Zagora no tiene grandes dunas, es el incio del desierto así que no esperéis ver grandes montañas de arena.
Al llegar al campamento nos dividieron en diferentes jaimas, había de sobra, nos explicaron que las bombillas de las haimas funcionaban con energía solar y nos dieron un rato de descanso para que jugaremos con la arena y descansaremos en las jaimas, que eran auténticas saunas, se estaba mejor fuera que dentro. Más tarde nos dieron la cena, tajine de verdura y pollo con té de menta y pan, y al salir tocaron un par de canciones bereberes con tambores. Nos quedamos hablando con el más joven antes de dormir y nos dijo que allí no solía haber animales peligrosos pero si escarabajos pero que no hacían nada así que si queríamos podíamos dormir fuera.
Qué fue lo que hicimos más o menos hasta la 1:30 de la madrugada, cuando empezó a levantarse una tormenta de arena y tuvimos que dormir dentro de las jaimas, como era imposible cerrar las puertas por el exceso de calor la dejamos abierta y entraba muchísima arena, ahí doy las gracias al guía que nos dijo que compraramos los pañuelos ya que gracias a ellos pudimos dormir. Al llegar el día nos despertaron con los tambores, todo estaba lleno de arena, se habían formado pequeñas dunas por el campamento, nos dieron el desayuno y volvimos al pueblo y de vuelta a Marrakech, otras doce horas de carretera. Esta fue nuestra última experiencia en Marruecos ya que al día siguiente volvíamos a Tenerife, nos despedimos de los buenos amigos que hicimos y volvimos de camino a casa.